Ya son 7 las lonchas de Crónicas de Beicon y estoy muy contenta con la acogida. Hasta me estoy informando de los pasos para publicar un libro…Ahora solo es un sueño pero todo se andará…
Bajo un sol de horrores, los poros de Sr. Tocino trabajaban a marchas forzadas. Solo llevaba 15 minutos de caminata hacia su destino Pueblo Bellota donde encontraría el circo de los sueños y comenzaria su investigación. Pero ahora su principal objetivo era no morir deshidratado y encontrar algo para calmar su sed. Como ni río, charca o manantial se cruzaron en el camino del cerdo, sus fuerzas le abandonaron y sus grasas se desplomaron en mitad del camino. Sus ojos se cerraron y en silencio empezó a desear que el milagro llegara. Y llego en forma de muchacho pecoso de ropa sucia pero mirada limpia como cielo
de verano. Se puso en cuclillas y le ofreció un mordisco de su sabrosa sandía que Tocino no dudo en aceptar.
-Vaya, si que tenia hambre- pensó el muchacho a la vez que se sentó junto a el observando como engullía el fresco aperitivo.
Sr. Tocino no dejo ni la cascara, hizo un gesto con la cabeza para dar las gracias y se dispuso a continuar su camino. Dejo atrás al muchacho sentado en el camino rebuscandose algo en los bolsillos. Su curiosidad le hizo pararse sobre todo al ver que el niño se levantaba y venia corriendo hacia el con algo en su mano. Era una foto vieja casi sin color donde se podía distinguir unas montañas nevadas al fondo y un telesilla que subía hacia la cima. Había algo mas, en la esquina inferior izquierda, se podía ver una parte de una cara y cabello rizado de color rojo. Estaba muy desenfocado. Daba a entender que la persona que salia en la foto era inquieta, movida y algo dispersa. El muchacho se la acerco a Sr. Tocino y le pregunto si conocía ese lugar o a la persona de la foto. El cerdo miro fijamente la foto y se percato de algo que había escrito en el gorro de la mujer «Bienvenidos al Circo de los Sueños».
El destino había hecho que los caminos de Tocino y el muchacho se cruzaran en el momento adecuado. El niño empezó a relatar sus triste historia como si pensara que un vulgar cerdo podía entender el lenguaje humano.
– No se si me entiendes pero pareces un cochino espabilado. Estoy buscando a la mujer de la foto. hace un par de meses encontré esta foto en un armario de casa con una nota que decía «Buscame cuando te encuentres solo y necesites respuestas.Te quiere mamá». Llevo dos días andando sin descanso y no tengo ninguna pista o señal que me lleve a ella….
El muchacho bajo la cabeza y empezó a llorar. Sr. Tocino decidió que aquel niño iba a se su compañero de viaje y le ayudaría a llegar al Circo de los sueños. Le mordió cariñosamente el pantalón y tiro de él. Inmediatamente se seco las lágrimas y se fue con el cerdo hacia Pueblo Bellota.
El muchacho no hablaba mucho. Se limitaba a seguir caminando junto al cerdo mirándole con admiración. Sr. Tocino ya había sentido varios tipos de miradas y por sus experiencias pasadas, no se fiaba mucho de los humanos extraños. Rebusco en sus recuerdos y enlazo tipos de miradas con pensamientos humanos. Este fue su resumen.
-Mirada liquida y compasiva………………………………¡¡Pobre cerdo en breve estará en la cazuela!!
-Mirada inquisidora con ceño fruncido………………….¡¡Tu eres el culpable de mis kilos de mas!!
-Mirada envidiosa……………………………………………..Todo lo que te has comido tu, me lo he dejado de comer yo.
-Mirada Fashion Victim……………………………………..Por dios bendito, ¿De donde has sacado ese color de piel tan kuki?
-Mirada de carnicero en paro……………………………..A todo cerdo le llega su San Martín.
-Mirada de curiosidad infantil……………………………..¿Tendra un botón para deshincharlo?
-Mirada de muchacho con sandía…………………………¿Me vas ayudar, verdad?
La extraña pareja llevaba un paso rítmico así que en apenas 1 hora, empezaron a divisar un conjunto de casas bajas alrededor de una iglesia. Era Pueblo Bellota y si todo iba bien, allí encontrarían El circo de los Sueños y sus ansiadas respuestas. El pueblo parecía estar rodeado por un rió pero no había puente para cruzarlo. Que extraño era todo allí….Un silencio preocupante invadía aquel lugar. Ni canto de pájaros, ladrido de perro ni risa infantil se escuchaban en el pueblo. No se quien estaba mas asustado si el niño o el cerdo ya que se turnaban en esconderse uno detras del otro mientras avanzaban hacia la orilla del río. Se inclinaron timidamente y se asustaron al ver sus reflejos en el agua. La imagen que les devolvía el río era de lo mas inquietante.
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Joo que corta esta loncha no? Me está empezando a dar mucha penilla el Sr Tocino. Menos mal que luego estaba lo de las miradas.
Mirada Fashion Victim???? Me meao entérica jajajajaja
Pd. Si lo haces me firmas y me dedicas el libro eh
Que dios te oiga Ana!!! Lo quiero hacerlas muy largas para no cansar o aburrir. Asi os quedais con ganas de leer la otra. un beso guapa
Me encanta! Siempre con la intriga final para que deseemos que llegue el lunes! Sería genial lo del libro, yo lo compro!! 😉
Ja.ja…es la mejor manera de mantener la atención del lector, no?. un beso y te guardar un ejemplar…jaja.
Extremadamente emocionante. me encanta. Tienes que hacer un libro cuando acabes la saga
Ire ahorrando por debe valer una pasta. un beso guapa.
Acabo de leer las septima loncha y me ha encantado!!Ya estoy empezando a deborarme la primera loncha del sr.Tocino para enterarme bien de la trama!!jeje
Me alegra que te guste las aventuras de Sr. Tocino. Disfruto escribiendo y compartiendo con los demas. Un beso y gracias por pasarte por mi blog.
Ay ay, que aún no había leido esta loncha… me encanta el Sr. Tocino, y pobre niño solitario y triste…
Por cierto, yo me apunto a libro también!!
Jolín, me encanta, qué imaginación.
Enhorabuena por esa capacidad que tienes de crear historias que enganchan y enamoran.
Y con lo de publicar el cuento, anímate, seguro que no es tan difícil. Puedes hacerlo primero en formato ebook, venderlo por amazon y cuando tengas dinero, lo publicas en papel, que yo también quiero una cipia firmada, eh?