Comienzo la semana con energías y dando la bienvenida al Sr. Otoño que por fin se digna a aparecer , aunque sea a ratitos, por mi ciudad. Hace 15 días deje al Sr. Tocino esperando que su hijos rompieran el cascaron. Hoy Lunes se enfretará con la compañía de su amada Owly al momento más duro de su vida cochina……

Los tres últimos días han sido los más duros para Sr. Tocino y mama Owly. Después de la alegría de ver el fruto de su amor representado por 6 huevos y el sucesivo nacimiento de los búho-cerdos, tardaron apenas unas horas que darse cuenta que algo iba mal con tres de sus polluelos. Apenas se movían y no reclamaban ansiosos comida como sus hermanos. Su respiración era entrecortada y sus ojos apenas se mantenían abiertos. Owly intento darles calor y los  rodeo con sus alas, pero la cosa no mejoraba. Papa cerdo les acariciaba y les soplaba suavemente para calentarlos, sin ningún efecto positivo. No comían, ni bebían y se iban extinguiendo poco a poco mientras sus fuertes hermanos no paraban de demandar atención y comida. Al tercer día, cuando Owly fue a darles le beso de buenos días, los noto muy fríos, demasiado para un ser vivo. Los tres buhitos no había podido salir adelante. Cuando Sr. tocino volvía con el desayuno, vio a su mujer con sus grandes ojos empapados en lágrimas e intuyo el triste final de la mitad de su prole. No supo como consolar a Owly, la abrazo y estuvieron inmóviles hasta con sus tres hijos empezaron a picotearles reclamando alimento. Ambos se miraron, se secaron la lágrimas y decidieron seguir adelante con su vida e ilusión de padres primerizos. No podían dejar que sus tres hijos notarán el sabor amargo que representa perder lo que más quieres en este mundo.
Entre tanto acontecimiento alegre y triste simultaneo, no se habían dado cuenta que no tenían nombre para los buhitos de cola de cerdo. Los pusieron a los tres en fila y empezaron a observarlos para asignarles un nombre adecuado a cada uno.

  • Búho-Cerdo nº1: Era pequeñito, rechoncho y muy muy redondo pero sin embargo ligero como él solo. Tenia un extraño hipo que le hacia saltar como una pelota de goma y una pequeña obsesión que le hacia estar limpiándose con su lengua cada 5 minutos. Por lo demás era de lo más normal. Nombre asignado: Burbuja.
  • Búho-Cerdo nº 2:  Extremadamente alto y delgado. Su mirada transparente trasmitía paz y sosiego. Tenia una aire de distinción y elegancia que seguro no había heredado de su papa cochino. Le faltaba una pajarita y monóculo para ser el búho sabio consejero del pueblo. Nombre asignado: Cristal.
  • Búho-Cerdo nº 3: Era azul, completamente azul y muy suave. Sus hermanos no paraban de tocarle y poner caras de gustirrinin al hacerlo. Sus padres no lograban encontrar una explicación a este color. Lo único que se les ocurrió era la obsesión de Owly por la canción Blue Velvet (terciopelo azul) durante todo su embarazo. Le era imposible dormir sin oír esta canción. Quizás las ondas musicales habían atravesado la barriga y habían sido absorvidas por este búho. El caso es que por mucho que frotaban, no consiguieron quitarle este precioso y suave color azul. Nombre asignado: Terciopelo.

El funeral por los tres polluelos fue intimo para no entristecer la vida a los demás habitantes del pueblo. Los enterraron en el jardín trasero de su casa y sembraron una bellota en cada tumba, esperando que con los años crecieran 3 estupendas y robustas encinas. La idea se le había ocurrido a Mamá como un bonito gesto y regalo para Tocino. Las bellotas eran su comida favorita, aunque reflexionando un poco, comer frutos plantados en la tumba de sus hijos, tenia un pequeño toque de canibalismo. La idea de tener dentro de su estomago algo nacido de la tierra con esencia de sus hijos, resultaba un tanto perturbador y macabro pero a su vez tentador y atrayente. Supongo que todos estos pensamientos eran debido a su perdida reciente y con los años todo será mucho más relativo e intranscendente.

Burbuja, Cristal y Terciopelo iban creciendo con normalidad y con una curiosidad que les llevaba a ser protagonistas de situaciones algo temerarias. 
Ayer mismo decidieron por muto propio que ya era hora de aprender a volar. Mama les había repetido varias veces que hasta que no contaran 100 plumas en sus cuerpos, no estarían preparados para ese momento. Que se conformaran con ir dado saltitos por las calles de pueblo . Pues saltando saltando acabaron en el corral central de las gallinas ponedoras. Su objetivo era simple y claro: recolectar el máximo de plumas posibles para después pegárselas con miel y alzar el vuelo. Después de recoger plumas, se encaminaron a la zona de colmenas donde tomarían prestada la miel. Que decir que las abejas no fueron tan sumisas como las gallinas y en cuanto notaron la invasión de su espacio, lógicamente se defendieron a picotazo limpio. Pobres búhos-cerdos hinchados por tanto aguijón y encina temiendo la reprimenda de sus padres al llegar a casa. Sumidos en esta dolorosa situación, el camino a casa se les hizo interminable . Cuando llegaron ya era de noche y ninguno quería ser el primero en ver la cara de sus padres. Empezaron a discutir para decidir quien explicaría su aventura armando tal griterío que fueron sus padres quienes abrieron la puerta alarmados. La imagen de sus tres hijos era tan penosa  que decidieron que era suficiente castigo las picaduras de las abejas y se ahorraron la charla y el castigo. Los tres hermanos también lo entendieron así y prometieron esperar paciente a tener las obligadas plumas de forma natural y no meterse en mas líos por lo menos hasta que curaran sus heridas.

————————–Continuará en 15 días—————————–
Si os habéis quedado con ganas de saber el porque de los búho-cerdos,  aquí encontraréis las lonchas anteriores.
Esta loncha participa en Lunes de Sueños de Piruleta Infinita.
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